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Nueva sesión de fotos

Bueno, para que más palabras. Aquí les dejo las últimas ecografías de mi hijo Thomas Benjamín.

Mi felicidad

Hacía bastante tiempo que no escribía por aquí. Principalmente se ha debido a mi tiempo, que por estos momentos es bastante limitado. En realidad, no tengo nada de que quejarme. El Señor ha bendecido abundantemente a mi familia. De hecho, ya esta a las puertas el nacimiento de nuestro segundo hijo, Thomas. La fecha que el médico entregó es la del 25 de octubre, aunque sinceramente creo que va a nacer antes. Según los comentarios que he recibido de mi esposa, Thomas, es más inquieto que el Felipe, que horror!!!!! Si a mi pipe no lo paro con nada, que voy a hacer con el tomacito, jejeje. Bueno, son bromas, porque en realidad mi hijo Felipe es mi vida. No concibo mi vida sin él. El es mi tesoro, mi alegría y también mi pena cuando lo tengo lejos.

Lo único que quería expresarles, era mi sentimiento sobre la importancia de la familia. Es muy probable que lo hayan escuchado en muchas oportunidades, y hasta en ocasiones suena como un cliché, pero la familia es la base de la sociedad y también lo es para la Iglesia de Jesucristo. Pero esto no es todo, porque nuestra vida familiar no sólo tiene una existencia terrenal, sino también un propósito eterno. De "La Familia: Una Proclamación para el Mundo" encontramos: "El plan divino de felicidad permite que las relaciones familiares se perpetúen más allá del sepulcro. Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos, permiten que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente". Esta es mi felicidad, regresar a la presencia de Dios juntó a mi familia, y vivir con ella eternamente.

Mis queridos amigos, esta es la verdadera felicidad, esto es lo que Cristo, mediante su sacrificio expiatorio, hizo por nosotros. Ser nuestro Salvador y Redentor, librarnos de las cadenas del pecado, y permitirnos, mediante el arrepentimiento y la obediencia a sus mandamientos, regresar a la presencia del Padre. Pero no solos, sino que con nuestras familias.

Amo a Cristo con toda mi alma, sé que el vive y que es mi Salvador y mi amigo. Amo a mi familia y agradezco a Dios por tenerles.